martes, 31 de enero de 2012

Manolo Preciado se una a Fabri como técnicos cesados después de grandes méritos


Para mí, sin duda una, era el entrenador con más carisma que teníamos en Primera División, y un hombre que ha dado tanto al Sporting no se merece una destitución tan precipitada, sobre todo después de tantas situaciones críticas que ya ha vivido el club con el míster en el banquillo. Las probabilidades de que los de Gijón desciendan este año se han incrementado notablemente, sea quien sea el sustituto, porque solo Preciado sabe controlar los líos en los que se mete. Es cierto que le gustaba saborear frivolidad como intercambiar los papeles de suplente y titular con excesiva frecuencia, o arriesgar con posiciones, y todo eso se iba pagando poco a poco. Pero, de momento, el equipo sigue en primera, y todas las remontadas de final de campaña han sido gracias a él.


Hoy por la mañana el presidente del Sporting de Gijón, Manuel Vega Arango, ha confirmado que prescindirá de los servicios de Manolo Preciado desde estos momentos. Según informa Marca, el presidente comentó: "Tomamos la decisión de cambiar de técnico. No me gusta hablar de destitución, ni de cese. Por encima del presidente y de cualquier persona está el club. La decisión ha sido meditada con profundidad; nunca me hubiera gustado tomar esta decisión, y menos con Manolo. El Sporting está agradecido a lo que ha hecho. Es fútbol".


Por otra parte, el técnico se mostró agradecido a los aficionados y defendió el cariño que siente hacia su club: "Lamento si hice algo mal, seré de este equipo toda mi vida. Seré socio del Sporting hasta que me muera. Que todos ayuden al club".

Preciado acumula ya seis temporadas al mando del equipo asturiano, con el cual subió a Primera División, sin conseguir ningún especial logro más que la salvación in extremis año tras año, pero ganándose el carisma de la mayoría de aficiones ajenas. Aunque durante su etapa de futbolista no desfiló entre la primera plantilla del Gijón en los 80, está más que afianzada su relación el club, el cual le debe mucho, porque sin él no habría conseguido que volviera a ser uno de los característicos equipos Primera. Como efeméride, se recuerda aquella discusión que tuvo con Mourinho, al cual, por cierto, rompió su racha de imbatilibilidad de nueve años sin perder como local. Pero también se le recuerda por no haberle sobrado falta de carácter en ningún momento y haber actuado de forma sincera a la par que humilde.


Quizá el Sporting no se merece vivir al filo del acantilado durante tantos años, y por eso han querido buscar la estabilidad en un nuevo míster, estabilidad que se consigue descansando en posiciones de media tabla, alejados del descenso pero... ¿en Primera, o en Segunda? Ahí está la clave.

Personalmente me pregunto cuándo será la próxima vez que veamos un entrenador seis años consecutivos en el mismo equipo, a las buenas y a las malas, y no por un 2-0 estar en la calle. ¿No miramos a Inglaterra? ¿Cuántas veces Sir Alex Ferguson ha sufrido lo insufrible y ahí se mantiene? Pero no sólo él, sino el entrenador más normal aguanta sus cinco años (vease Benítez) y el que se marcha rápido al menos acaba las temporadas. En fin, quizá Guardiola es el que más se acerca a este modelo, otros dicen que su duración en el banquillo del Barcelona tiene los días contados -no será por mal rendimiento-.

De todos modos, volviendo al tema de la entrada, la destitución de Preciado me hace recordar la que hace apenas unas semanas se produjo, esta vez de Fabri, algo aún más significativo. Un hombre que, sin ánimo de menospreciar al Granada, cogió un equipucho de Segunda B y en dos años está jugando en el Bernabeu, merece más crédito del que se le ha dado. Es conocida mi no excesivo cariño con los granadinos, pero Fabri es uno de los hombres que mejor me resultaban del conjunto (otro es Geijo, por ejemplo). Y vale que medio Granada es el Udinese, y que subieron a contrapronostico, pero en Primera ni siquiera se ha mantenido en zona de descenso, simplemente en mitad inferior de tabla, algo más que esperable, pero para un recién ascendido de la categoría del Granada, no sé si esperan estar peleando por la Champions, quizá sí. La cosa es que Fadri fue el héroe de Granada, y ahora, en dos patadas, se pone a otro, que puede hacerlo mejor, pero no tiene la satisfacción del trabajo bien hecho a sus espaldas. 



Tema aparte, las directivas siempre influyen, y desconocemos qué problemillas habrán tenido ambos entrenadores con sendos presidentes, la relación entre el club y el míster... hay muchos mundos ocultos detrás de lo que las cámaras nos quieren enseñar, pero mientras vivamos en esa ignorancia, sólo podemos reclamar abiertamente que la destitución de dos hombres que han dado todo por sus clubes y han hecho recuperar la ilusión a aficciones que dormían en el letargo, es ciertamente ilógica, y por qué no decirlo, INJUSTA.


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