martes, 5 de octubre de 2010

Tributo a nuestro "Messenger", un programa inmortal

Actualmente existe una nueva e inesperada rivalidad que está surgiendo en contra de un histórico programa que todos hemos usado alguna vez, o que otros tenemos como cabecera para las conversaciones con amigos por internet. Y lo más curioso es que con el paso de los años, el rival que ha aparecido quitándole usuarios no es otro programa de mensajería instantánea, pues Skype, Google Talk, ICQ, AIM, MySpaceIM o Yahoo Messenger que, aunque todos tienen sus ventajas y puntos a favor, sinceramente nunca han conseguido desbancar a Windows Live Messenger como cabeza entre los más descargados, al menos en nuestra Europa Occidental. Estoy hablando de las redes sociales, de la minúscula cajita de chat de las redes sociales, que vienen empujando con demasiada fuerza, a veces, innecesaria.
Si miramos tanto a Facebook en general, como en España en concreto al Tuenti, este último se ha convertido en una de las primeras páginas a visitar -muchas veces la única razón de disponer de Internet- de una gran cantidad de los jóvenes. Y el "problema" es cuando muchos encuentran más práctico usar los chats que aparecen en estas redes sociales que tener que iniciar sesión en otro programa aparte, o siquiera tener que hacer el esfuerzo de reinstalarlo al comprar nuevo ordenador.
Pero en esta ocasión no me dedicaré a criticar Tuenti (de momento), sino a alabar a nuestro queridísimo e histórico Windows Live Messenger, Messenger, MSN. Un programa que hace un año y varios meses cumplió la década en nuestros ordenadores y que toda la generación de los debutantes con Internet a nuestra temprana edad siempre recordaremos:

Hace años, cuando estábamos aún en nuestra inocente etapa escolar, jugábamos con la GameBoy Advance, veíamos los dibujos animados tempraneros de los fines de semana y empezábamos a filtrear con el uso de ordenadores. Porque en esa época, al descubrir un nuevo mundo, hasta entonces desconocido, lo primero que hacíamos no era descargar cosas "modernas" como navegadores del estilo Mozilla o Chrome, Ares, eMule, iTunes, ¿Photoshop? o instalar el suit de Microsoft Office. Todo era el dúo de Microsoft: Internet Explorer y MSN Messenger.

Porque enn esta época no existían ni Facebooks ni Tuentis ni Twitters ni tanto auge de blogs o de foros y si había, lo desconocíamos. Porque nos emocionábamos cual salamandra con la cola cortada al descubrir que tu amiguito de clase, el que se sienta en la otra esquina, ahora estaba sentado, pero en el otro lado de la pantalla. Porque hablabas, diciendo tonterías. ¿Cuáles fueron tus primeras palabras por Messenger? Seguro que tuviste algunas pero, ¿cuáles fueron tus últimas? Y mejor dicho, ¿cuántas ha habido entre medias? Porque durante todo ese "medias" hay un largo proceso con momentos que todos han vivido.

¿Quién no empezaba hablando con mayúsculas, ahora significando gritar? ¿Quién no usaba el cohetito o el patito de avatar? ¿Quién no descubría el guardar las conversaciones, y aún hoy sigue apilando carpetas llenas de archivos? ¿Quién no aprovechó el poder poner degradados en el texto para hacer florituras en tus mensajes? ¿Y quién no asociaba emoticonos a cada letra para escribir cual jeroglífico indescifrable? ¿Y quién no está acostumbrado a ver los avatares a la izquierda cuando durante muchos años siempre fueron colocados al otro lado, o cuando había más estados que actualmente? ¿Y que si pulsabas nosecual tecla podías hablarle al micrófono? ¿Y que acababais jugando un maratón de Damas o Tres en Raya? ¿Y, finalmente, un clásico, QUIÉN no mandaba miles de zumbidos a tu vecino y el programa te decía que no podías?

Tantas versiones, tantos cambios, unos los descubrieron antes, otros vivieron con ellos después... y ahora, poco a poco, está siendo desbancado recibiendo ataques por el lado por donde no se lo esperaría.
¿En serio una cajita de texto tan inocua, sencilla y falta de contenido puede sustituir a un histórico de nuestras vidas? ¿Tanto cuesta poner una contraseña? Si hay que escribirla igualmente donde sea, o conectarlo automáticamente; no molesta tanto el iconito de No Conectado en la esquina de la barra de navegador. En Tuenti no pone qué canción estás escuchando, no puedes añadir a varias personas a una conversación, no puedes compartir imágenes, ni poner emoticonos personalizados, ni poner absurdeces o trozos de canciones en tu nick. Hay plugins que implantan esos chats en Msn. ¿Qué ofrece en realidad? Nada nuevo, quizá tanta simplicidad que resulta cómodo a priori, no tener que abrir dos "cosos" a la vez (ya ves que problema para la RAM) o quizá, más probablemente, que todos aquellos fieles usuarios a Tuenti, hace dos o tres años apenas conocido, prefieren mantenerse en su red social para conversaciones tan vacías como aquella caja de chat, las cuales no merecen una sofisticación tal como Msn. ¿Una traición o una elección?
Además con el relativamente reciente Tuenti Messenger pues "lo que faltaba" para que mucha gente vaya poco a poco, o mucho a mucho, haciéndose de Tuenti en vez de Messenger, un señuelo inteligente y tentador, pero que no debería ser motivo suficiente para provocar la separación de nuestro amado sistema de chat, hasta ahora inamovible y que no admite puras ergonómicas imitaciones, aunque parece que de momento están ganando la batalla, pero once años de historia abalan una guerra que aún tiene mucha personalidad por parte de los de Microsoft.

Desde aquí reclamo a todos aquellos que se han olvidado de nuestro Messenger, aquello que pedías a alguien, aquel álbum de Windows Live que había gente que incluso usaba para subir fotos, sí, hoy ya tiene sustituto, pero no por eso el jefe de la mensajería instantánea debe ser desbancado de su poder. ¡Conectad vuestros MESSENGERS!

¡¡Con dos Sesiones, en Aparecer Desconectado, Ocupado, Ausente, sin nick, con el correo sólamente, modificado, en Windows 7, la nueva versión, con plugins, sin plugins, con estilo, con color negro de letra, con degradados, sin emoticonos, desde el móvil, desde eBuddy o con aplicaciones instaladas!!
¡Larga vida a MESSENGER, porque se lo merece, por todo lo que ha sido y lo que debe seguir siendo





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