Steve Jobs ha muerto a los 56 años tras una larga batalla contra el cáncer, ha anunciado Apple.
La historia del cofundador de Apple define la de la propia Silicon
Valley. Y su contribución al mundo de la tecnología de consumo -con
productos como los Mac, el iPod, el iPhone y el iPad- le convierte en
uno de los grandes innovadores de los últimos 75 años y un transformador
de la industria.
De niño sabía que sería algo grande. Y con esa ambición se puso el
objetivo de popularizar el uso del ordenador, llevándolas de las
oficinas al hogar. Con esa misión fundó en abril de 1976 la compañía
junto a Steve Wozniak, en un garaje en Los Altos. Buscaba así una
alternativa al coloso IBM, que entonces veía el PC como demasiado
pequeño para hacer computación en serio.
Tres décadas después, no
solo demostraría que podía hacer sombra a Big Blue, si no que se
convirtió es una de las marcas más reconocidas del mundo y en caso un
producto de culto. Transformación que culminó en 2007, cuando Apple
Computer pasó a llamarse Apple Incorporated, porque a su negocio
tradicional de ordenadores le sumó la música y la telefonía.
Jobs
nació un 24 de febrero de 1955 en San Francisco. El apellido lo tomó de
sus padres adoptivos. En 2004 se le diagnosticó un cáncer de páncreas.
Lo hizo público un año después, en el discurso de graduación de los
estudiantes de Stanford. En abril de 2009 fue sometido a un transplante
de hígado.
Su visión transformó también el mundo del celuloide. En
1986, exiliado de Apple, se hizo con la división gráfica por ordenador
de Lucasfilm. Así nacieron los estudios de animación Pixar, que trabajó
con Disney en creaciones como Toy Story o Buscando a Nemo. Demostró que el silicio también puede llegar al público.
A
su regreso en 1997, Jobs revitalizó la compañía y consiguió atraer a
los consumidores hacia sus ordenadores Mac, con dispositivos como el
reproductor iPod, el teléfono interactivo iPhone o la tableta iPad. Para
unir esos dos mundos utilizó iTunes, para la descarga lícita de música,
videos, aplicaciones y videojuegos, y los Apple Stores.
Creaciones
que fueron siempre acompañadas por un tsunami mediático. El diseño y su
manejo del marketing son dos ingredientes clave de la pócima, pero
también la imagen y el carisma de Jobs. La revista Fortune le calificó
por todo esto como el empresario más importante de la década, no sólo
por su manejo de la compañía, también por su influencia en la cultura
global.
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