Hoy es 12 de Mayo, se cumple un año exacto de la hazaña más
épica que un equipo ha hecho en su historia. Un año desde el día en el
que quedó fuera la etiqueta de "Pupas". Un año desde que se rompió una
racha que ya duraba 107 años. Un año desde el día en que todos estaban
a una con el mismo, tratado como el hermanito pequeño que por fin
alcanzaba la gloria. Un año desde el minuto 116 de aquella prórroga
eterna, donde apareció un Dios al que llamábamos el "Uruguasho". Un año
desde que "Papá, papá, ya sé por qué somos del Atleti".
Antes de ese día, tuvo que venir este otro.
Y
finalmente llegaba aquella noche tan esperada desde hace meses y años
por todo colchonero. La noche mágica, definitiva. No podía fallar. Esta
era la ocasión. Todos lo sabíamos.
Y no pudo fallar, el mismo "Uruguasho" volvió a hacer que nuestros corazones vibraran al unísono y llevarnos a lo más grande.
116
larguísimos, eternos minutos, hasta que Don Kun Agüero dio el pase más
importante de su vida, y el de siempre, Don Diego Forlán, hizo el resto.
Esa no fue una final, no fue un partido. Fue LA Final, el Partido. El día en que ser Atlético era el mayor de los orgullos.
Tanto
tiempo queriendo SOÑAR, luchando porque queríamos SOÑAR, sabiendo que
íbamos a SOÑAR, tenía su recompensa, porque nosotros FUIMOS LOS QUE
SOÑAMOS MÁS FUERTE QUE NADIE.
Vale que los dos
triunfos a nivel de selección es algo supremo, inigualable diría yo,
será la repetición de verlo tantas y tantas veces, pero este otro
triunfo, ahora visto en la distancia del tiempo, es muchísimo más en lo
personal. Porque España somos todos, unidos por un fin, y ganamos y
perdemos todos juntos. En esta victoria, el equipo por el que naciste,
por el que que creciste, y por el que apostaste, durante toda tu vida
creyéndolo un error, ese caballo perdedor que sólo es visto desde arriba
por el resto de caballos, dejaba de chocarse contra un muro, un muro de
años y años, y todo ese esfuerzo, tiene su recompensa, y tu caballo
gana, y tú te sientes con la satisfacción de nunca haber estado
equivocado.
Hay equipos que ganan más y otros que ganan demasiado,
y aún así sólo esperan aumentar sus títulos en cantidad. Una Copa en
Europa con el Atlético, con nuestro Atlético, vale más que todo eso.
Ciento siete años de espera han merecido la pena.
Porque
ser del Atlético AHORA Y SIEMPRE es un orgullo. Y nunca me arrepentiré
de serlo, por muy adversa que la situación parezca.
Porque Podíamos soñar, Debíamos soñar y SOÑAMOS más fuerte que nadie.
GRACIAS DE CORAZÓN
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