La polémica está servida desde el momento en el que Madrid insistía por tercera vez consecutiva a servir como sede a los Juegos Olímpicos, tras el fracaso inesperado donde ganó Londres (por un error en el recuento decían), cuyas Olimpiadas se celebran este verano, y tras la nueva decepción a favor de los brasileños de Río.
La cosa es que ayer salió a la luz el logo que representará a nuestra candidatura, y no he visto más quejas por metro cuadrado, y en la mayoría, con razón. Analicemos por una parte el logo definitivo, que vemos en la cabecera de la entrada.
Las críticas se reparten por todo el logo sin piedad. Por una parte, algo que llama bastante la atención es la exclusión del negro Olímpico entre los colores del logo; ese negro representa a África, y lo que faltaba, es obtener más famas de racistas a nivel internacional. Además, muchos medios han hecho alusión en que sustituir el negro por el malva hace recordar a la bandera del Orgullo Gay, y por ello, una compañía de muñecos homosexuales (sí, eso existe) ha puesto su pertinente denuncia.
Por otra parte, el diseño intenta estar inspirado en la Puerta de Alcalá. Peinetas, Obispos, Chanclas, cualquier cosa identificaban los twitteros en ese dibujo antes que lo que en realidad simboliza. ¿Por qué arcos? Además, no hablemos de la tipografía, yo el primero, me incluyo entre los que leimos 20020 en lugar de M20, que carece de sentido, por culpa de las letras cortadas.
También son repetidas la alusión a la tilde que corona la palabra Madrid, o Madríd, la cual o sobra, o está exageradadamente confusa. Podría haber sido Madríz, ya que estamos.
Ahora bien, todo esto no es culpa de su autor, Luis Peiret, un joven veintidosañero que estudia Diseño en la Escuela Superior de Zaragoza, el cual explica que su diseño no era el final, sino que "simplemente" han variado el estilo, los colores, el dibujo y la tipografía. Pero también admite que al presentarse al concurso, estaba claro que buscaban ideas y que el boceto final era susceptible a cambios. Y tantos. Aquí a la derecha he puesto la imagen de su diseño original.
Personalmente, me quedo con el original, como la mayoría del "pueblo", pero no de una manera tan descarada como se nos propone. El definitivo es dinámico y atractivo a la vista (quizá demasiado) y a una primera impresión resulta agradable. El problema es la larga lista de cambios que han emborronado el diseño para centrarse en la crítica. La ilegilibilidad, la eliminación del negro y la tilde son los errores que, imposible de ser obviados, no nos hacen valorar realmente si tiene más o menos carácter artístico, y por tanto, nos hacen compararlo con el del creador. El original, valorándolo en detenimiento, mantiene la tipografía algo infantil, aunque en este caso completamente ilegible, aunque es lo que menos me acaba de convencer. Haciendo el esfuerzo se intuye la Perta de Alcalá de una manera bastante más obvia, y los rectángulos son más serios pero a la vez el juego de degradados combina a la perfección el carácter Olímpico con un diseño atractivo. Eso sí, la tipografía de la leyenda original no me convence demasiado, muy heterogénea y falta de originalidad, aunque eso se lo reserva el logo en sí, quizá.
En definitiva, una me parece muy atrevida y juguetona, pero a la otra le veo algo de falta de dinamismo, quizá lo que esencialmente modificaría son las curvas blancas, para modelarlas de una manera algo más sutil. Pero bueno, para gustos colores, y aquí no sobran, porque además, existe una gran cantidad de logos alternativos para el año 2020, con un toque algo más... irónico:
De todos modos ahora echemos un vistazo a los logos de las otras dos ciudades candidatas que ya lo han presentado:
Mientras que Tokyo apuesta por las características flores de sus cerezos coloreadas en diferentes tonalidades olímpicas (sustituyendo el negro por el malva, también), combina un bonito diseño con un aire optimista. Baku en cambio echa sus cartas al ingenio y la originalidad, y con un logo algo farragoso pero simétricamente calculado, enlaza los números del año de los JJOO formando un cuadrado invertido.
Finalmente, echemos un vistazo al logo de las candidaturas ganadoras para las dos próximas ediciones:
El de Londres me parece absolutamente antiestético, carente de mensaje y de ingenio, cuando cosas mucho más sencillas como esta, ya podían ser perfectamente bastante más atractivas a la vista. Vale que intenta combinar la forma de las islas con la propia tipografía del año, pero con un calzador de tamaño industrial que da demasiado lugar a la imaginación, mucho más que la puerta de Alcalá. (Vamos, entiendo que esa es la intención, porque si no, carece de sentido alguno). Esta vez lo rompedor solo se rompe en pedazos, arriesgando por una tipografía pequeña, y con gran contraste pero a la vez monocolor (aunque hay varias versiones). Aún no me imagino pasar este verano viéndolo durante un mes.
Aún así, al menos el de Rio si es original, simbólico y gustoso, la diversidad de personas se entremezclan con unas suaves curvas, aunque no juegan ni con los colores olímpicos ni con el número del año.
Recordemos que en Beijing y Atenas también se podían haber esforzado más: (bueno, Atenas tiene un pase)
Siempre los más ingeniosos quedarán a manos de las ciudades que se quedan a las puertas... o quizá eso es un consuelo para pensar que nuestras chanclas pueden optar a conseguir algo? La respuesta, primero esta primavera, después, en 2013.